Jamás pensé que este día llegara.
Toca despedirse de muchas cosas que me ha dado este maravilloso deporte.
Comencé con diez años en Askartza y desde entonces no he parado. Dejó atrás a
muchos amigos que he hecho en el agua y fuera. También algún detractor pero, como
diría el pelotari Juan Martínez de Irujo, mi mala leche me ha dado más
victorias que derrotas.
Tendría que agradecer a muchas
personas que han pasado por mi vida deportiva estos quince años. Comenzando por
todos los entrenadores que he tenido. Gorka, Dani, Ander, Isusko, Sergi y Joan.
De todos he aprendido. También agradecer a mis compañeros de equipo, los que
están y los que se fueron. Muchos son hermanos después de compartir con ellos
momentos de tristeza y alegría. No citaré los nombres de todos ellos porque la
lista es interminable. He tenido la suerte de conocer a muchísima gente buena
que llevaré siempre conmigo.
Me tocó asumir bajo palos -‘el
peso de la responsabilidad’ como diría Tony Judt-, en un momento delicado para
el Club, y quieras o no, cuando estás en los peores momentos es cuando aflora
lo mejor de un grupo de amigos. No es nada fácil ser portero. Y menos en el Askartza
de Primera División.
A la familia que compone este
Club también quiero darles las gracias. Siempre me he sentido apreciado por cada
uno de los que acuden a los partidos y llenan las gradas con sus hijos, que
son, al fin y al cabo, el futuro de este humilde club. Por supuesto, agradecer también
a Mari Paz y Javi Saez que han mimado este club con cariño desde sus inicios y
que hace poco decidieron entregar el testigo.
Pero no me gustaría terminar esta
despedida sin hacer una mención especial a mi familia. Tengo la suerte de haber
crecido en un núcleo donde el deporte representa uno de los pilares
fundamentales de la vida. Mi padre es médico meportivo, dos hermanas fisioterapeutas
y una madre que comprende todos los sacrificios que requiere ser deportista. El
mayor logro que me he llevado en waterpolo han sido ellos y su incondicional
apoyo. Siempre estaban ahí, jugase o no. La de veces que me han tenido que
aguantar cuando llegaba enfadado o sin ánimo de hablar.
Quiero concluir mencionando a una
persona muy especial para mí que en los últimos años ha sido mi gran apoyo. Con
quien contaba siempre si tenía un problema o necesitaba ánimos. Sin esta
persona hace tiempo que hubiese colgado el bañador. Y ahora desde la distancia,
esté donde esté, se echan en falta sus consejos, cariño y aprecio. A ti, si
algún día lees esto: Gracias de corazón.
Me marcho pero seguiré entrenando
porque no sé hacer otra cosa que ponerme bajo palos y enfundarme el gorro rojo.
Lo hago además por la puerta grande. Jugando mi último lance ‘oficial’ con la
selección de Euskal Herria en Perú y jugando el último encuentro que a todo
portero le gustaría: siendo un muro y parando los penaltis en la tanda final. Dentro
de 20 años, todavía seguiré recordando ese día.
¡Nos veremos por las piscinas!
AURRERA ASKARTZA!
Xabi Gómez